Un deseo llamado tranvía…

en el que viajar a destinos que no tengan prisa,
en el que no haya tristeza que se resista a tu voz,
en el que echen como peli para el camino, recuerdos que te hicieron llorar de la risa,
en el que el paisaje se adorne de tí,
en el que el sol y las nubes que ves pasar desde la ventanilla, tengan un bello romance,
en el que la inocencia esté en no necesitar explicarse,
en el que los pasos hacia atrás sean refuerzo, no cobardía,
en el que seas el maquinista del tren*, el jefe de estación, el guardagujas, el interventor en ruta, en guardabarreras, el fogonero, el guardafrenos, el guardanoches y el pasajero al  mismo tiempo,
en el que seas tú quién dirija tu sonrisa,
 porque cuando el mundo gira a tu velocidad…

el cubo está lo LLeno que tú quieras que esté.

cubo lleno

Fotografía: Laura Zambelli.

*Los oficios que trajo el tren.

https://www.elcorreo.com/vizcaya/ocio/201311/24/domingo-relatos-ferroviarios-oficios.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F

10 comentarios sobre “Un deseo llamado tranvía…

  1. En una estación en blanco y negro, rodeada de una densa niebla, aparece Blanche, de mirada huidiza y temor, directa a los brazos de un exultante M Brando. Es un tranvía que intenta regresar a un pasado glorioso que ya no volverá, solo hallando estaciones de locura. En cambio, en tu escrito es al contrario, no es un tranvía lo primero, es el deseo la directriz y guía, el motor del movimiento, la energía que ínsula vida e ilusión. Brillante el juego de palabras. Un fuerte abrazo Laura.

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  2. Me has transportado a la Lisboa durante mi infancia… a ese traqueteo del tranvía de madera que aún está en servicio y que cada vez que vuelvo, me monto en él y cierro los ojos una sonrisa me envuelve como aquel bocadillo que llevaba en mi cartera que colgaba de mi bata de rayas azules…

    Gracias Chica de la L.
    Un petonet.

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