¡suéLtanos!
vete con los temores, la culpa y los te quiero de mentira,
con la cobardía, con la tristeza y con los virus que provocas.
¡Lárgate!
a un lugar donde los álbumes de fotos te recuerden que pudimos contigo,
en el que los abrazos te apreten tanto tanto…que te hagas pequeñito,
a ese sitio en el que la mampara de la ducha se desempañe y te reduzca a minúscula gota de agua…
para que así podamos ver la Luz.
Porque querido miedo…
lamento comunicarte…
¡que ya no te tenemos miedo!
Mes: abril 2020
Querida marmota…
tengo un día para tí,
veinticuatro horas exactas a las de ayer,
miL cuatrocientos cuarenta minutos en los que repetir rutinas,
ochenta y seis mil cuatrocientos segundos en los que vivir exactamente lo mismo, pero sin que nosotros seamos iguales,
8,64e+7 milisegundos de soledades llenas de expectativas,
8,64e+10 microsegundos en los que la vida deja de ser multitud,
un puñado de «ahoras» encadenados que saben a la misma casa,
la ausencia de un despertador,
el ordenador como oficina,
los buenos días con el mismo pie,
Querida marmota…
tengo un regalo para ti,
un mapa del tesoro hacia lo distinto,
lo único que hará que tu día exacto al de ayer sea sublime,
la piedra roseta de cualquier encierro,
un milagro para hacer de lo igual, diferente,
Querida marmota…
te regalo «actitud»,
de la que te aporta experiencia,
de la positiva,
de la que no se rinde,
de la que convierte un salón en una playa,
un sofá en una hamaca,
un teléfono en caracola,
la imaginación en carcajada,
y un libro abierto en un viaje.
Querida marmota…
¡shhhhhhhhhh!
Guárdame el secreto…
-riéndoLo a voces-
La rosa que se enamoró del nudo…
que malentendió el amor,
que le dejó usar armas… en el único sitio donde siempre debió haber paz y no guerra,
la flor que se escapó de su maceta con la ilusión prendida en su espina,
que se ató a otro corazón queriendo mucho y que cada vez se quiso menos,
esa historia romántica que sólo fue cuando no era,
la mentira que se convirtió en verdad de tanto repetirla,
el lazo cuando en lugar de adornar aprieta,
la herida abierta hecha rutina,
esa sístole y diástole pidiendo tregua,
el amor cuando no es amor.
y ese fin del cuento…
cuando es necesario,
y se desata mandando a la culpa a paseo,
para que nunca encuentre…
el camino de regreso.
Punto y aparte.
Punto de inflexión.
Punto que te lleva a otro párrafo.
Punto que cambia de tema.
Punto para mirar a tu alrededor.
Punto al que ya no volverás porque es pasado pero que dejó marca en tu línea.
Punto de bolillo.
Punto para poder seguir.
Punto que dice basta a un conjunto de letras.
Punto de seguir adelante.
Punto de punto, sin comas, sin repeticiones, sin vuelta atrás.
Punto sin consecutivos pero con consecuencias.
Punto que da el relevo a otro punto del que eres el protagonista de otra historia.
Punto
y
aparte.
Punto y aparte
Luces en los charcos…
que nos iluminan en la oscuridad,
que nos recuerdan que hoy es el último día que sucederá ahora,
esas maravillas tintineantes que descongelan de la cuarentena, corazones atados a la pata de la cama…
agazapados en las sombras, sumidos en un bucLe que parece no tener fin,
esos destellos que entre lección y lección, consiguen que la vida te de un recreo,
y que cuando tus interruptores que encienden las luces del alma parecen no funcionar….
hacen que luzcas contra todo pronóstico en los ojos de quién te mira.
Luces en los charcos…
ese infinito mundo de reflejos con los que no contabas y que sirven de camino de baldosas amarillas hacia un mundo más amable, más abrazable,
un mundo en el que las letras de tu nombre…
encuentren su sitio.
Cuestión de fe…
en todo lo que se ha dado la vueLta,
de sacarle la lengua a lo imposible desde ventanas abiertas de par en par,
momentos para creer que la incertidumbre nos enseñará su cara amabLe,
de encontrar la manera de ver el lado bueno de las cosas,
de soñar despierto a las once de la mañana,
de sacar un rayito de soL a tanta lluvia,
de hacer equilibrismos en cuerdas a punto de romperse para volver a recomponer el camino,
de perder la esperanza y que sea ella quién nos encuentre,
de confiar que el universo nos recompensará con un cielo lleno de estrellas en las noches de verano.
Cuestión de fe…
en caracolas de mar que amplifiquen nuestro eco,
en el que se oiga aLto y cLaro el sonido de un abrazo.
Volveremos a los coLumpios…
volveremos a encender la luz de las calles,
volveremos a ver cómo se pintan arcoíris en el cielo mientras viajamos,
volveremos a revivir a golpe de abrazos,
volveremos a dar la mano en lugar de señalar,
volveremos a jugar a piedra, papel o tijera a centímetros de distancia,
volveremos a ser vulnerables a los besos de cerca,
volveremos a creer que todo es posible,
volveremos a vivir en modo fácil, así como quién sale a dar un paseo por la calle y es feliz,
volveremos a comer en una mesa larga y con muchas sillas llenas,
volveremos a no oírnos por las risas,
volveremos a hacer todo lo simple, todas las cosas pequeñas que no valorábamos y las convertiremos de nuevo en lo que nunca debieron dejar de ser… cosas gigantes,
porque querido universo…
ya te hemos entendido.
De los intentos cuando hacen equiLibrios…
de las cosas cuando no salen a la primera, ni a la segunda, ni cuando crees que no puedes más,
de los «vuelve a intentarlo» cuando te los dices a ti mismo,
de ese momento en el que te quieres rendir… y te enfadas contigo,
de la convincente voz de nuestro «yo demonio» cuando nos asegura que «no vamos a poder»… y aún así lo llevamos la contraria,
del sueño que ayer diste por perdido y que hoy se volverá a meter en tu cama,
de ese resoplido cuando se convierte en resumen emocional… y vas tú y le cambias el argumento,
de quién te quiere cuando hace que no dudes y envuelve tus erratas en papel de regalo,
de cuando cometes un acierto y por fin no enmascaras lo que sientes,
de ese urgente sorbo de realidad que te repite que no puedes volar y de esa imaginación desbordada que le replica que quizá sólo sea una cuestión de saber inventarse unas aLas y cerrar los ojos.
De todos nosotros a los treinta y dos días sin salir de casa…
de tú contigo mismo…
parpadeando intentos con Luces de neón.
¡Ánimo!
¡KEEP TRYING!
El vaLor de un beso…
cuando el proceso se hace casi imposible en los tiempos que corren…,
cuando sobran ganas y falta tacto,
cuando vienen curvas en una carretera recta,
cuando el ¿cuándo? es el problema,
cuando el ¿cómo? es una incógnita,
cuando «querer es poder» no vale de mucho,
cuando tener a quién amas en casa en esta cuarentena es una auténtica maraviLLa,
cuando besar no es para tanto, es para demasiado,
cuando ella no lo sabe pero no le hace falta pintalabios para marcar su aLma, cuando él lo desconoce pero le sobran ilusiones para regalárselas.
Como cuando es el día internacional del beso…
y sonríes…
sólo porque puedes darLo y recibirLo.
La tuerca que me falta…
el tornillo que tengo de más,
las vueltas a la cama que da mi imaginación,
mi sueño cuando se queda despierto,
la caja de madera que pide a gritos no contener nada para poder estar llena,
esa persona a la que eliges para volver a pasar la cuarentena, una y otra vez, en bucle, en progresión aritmética…
a pesar de las rutinas, a pesar del roce que hace el roce.
La tuerca que me falta…
y esa manera que tienen mis seres queridos de mimar esa ausencia,
de amortiguar mis maneras,
de quererme siempre en lugar de «a veces»,
de desenredar mis nudos,
de ponerme fácil lo difícil,
de besar mis engranajes…
y conseguir por fin,
que en mi casa no se vuelva a conjugar el verbo «faltar» o «pedir», si no es para referirse a la saL.