…voLver a casa…

y encontrar a la entrada un abrazo que desenrede nuestros juegos maLabares del día,
que ordene el caos y nos haga bostezar la caLma,
…voLver a casa…
para encontrarnos la paz,
para vernos por dentro,
para explorar cada sentimiento del otro como si fuéramos arquéologos y descubriéramos  intacto el ajuar de la tumba egipcia de Nefertari*.
…voLver a casa…
que nuestra mirada de paso a la sonrisa y la sonrisa al todo, incluyendo a la zona desastre,
que nuestros kilo de latidos cotice al alza en cada «tum tum»,
que sigas siendo tú al final del día y te sigan eligiendo por no haber dejado de serlo.
…voLver a casa…
y que tus certezas se vuelvan cada noche…de…

carne y besos

volver a casa

 

*La tumba de Nefertari.

QV66 es la tumba de Nefertari, Gran Esposa Real de Ramsés II.
Descubierta en 1904 por Ernesto Schiaperelli y restaurada por Palo Mora, está en el Valle de las Renas. Es la más bella de las tumbas descubiertas, con unas pinturas muy bien conservadas, con Nefertari representada repetidamente. Sobre sus paredes se encuentra una poesía dedicada a la reina por Ramsés: Mi amor es único, no puede tener rival; ella es la mujer más bella que ha vivido. Cuando pasa roba mi corazón y se lo lleva. Saqueada en la antigüedad, la tumba se encontraba vacía cuando Schiaparelli la encontró.
Construida en dos alturas, tras descender unas escaleras se llega a la antecámara; las pinturas nos describen el viaje al más allá de la reina, cuya momia  está pintada sobre un lecho protegido por Neftis e Isis, mientras que sobre las paredes occidental y septentrional pueden verse ilustraciones y textos del capítulo 17 del Libro de los Muertos, el que se refiere a la regeneración del difunto.
A continuación comienzan dos escaleras que descienden a la cámara funeraria. En el dintel, la diosa Uadyet, con forma de cobra preparada para atacar, guarda la entrada. En las paredes de la escalera, Nefertari desciende entre dioses a los que ofrece vino. La cámara, sostenida por cuatro columnas, tiene en su entrada al dios Anunis, y el techo representa la bóveda celeste, tachonada de estrellas doradas que confluyen sobre el sarcófago. En las columnas, tres de sus lados ofrecen representaciones de la reina ante distintos dioses que la reciben en el reino de Osiris, y el cuarto, el orientado hacia el sarcófago, el pilar djed, símbolo de Osiris. En las paredes continúa la representación del viaje de la reina, y en una de ellas están las puertas del reino de Osiris, protegidas por genios armados.
La cámara dispone de tres anexos, cuya finaldad era depositar las ofrendas (víveres,perfúmenes…) que la difunta necesitaría en el otro mundo. La pared meridional del primer anexo lateral se adorna con una escena del capítulo 148 del Libro.
Las pinturas son de vivos colores, y el rostro de la reina tiene relieve, por vez primera en Egipto: colorete en las mejillas, trazos negros en el cuello y las comisuras de la boca, la hacen parecer viva, en contraste con el hieratismo oficial de las diosas que la rodean.