y encontrar a la entrada un abrazo que desenrede nuestros juegos maLabares del día,
que ordene el caos y nos haga bostezar la caLma,
…voLver a casa…
para encontrarnos la paz,
para vernos por dentro,
para explorar cada sentimiento del otro como si fuéramos arquéologos y descubriéramos intacto el ajuar de la tumba egipcia de Nefertari*.
…voLver a casa…
que nuestra mirada de paso a la sonrisa y la sonrisa al todo, incluyendo a la zona desastre,
que nuestros kilo de latidos cotice al alza en cada «tum tum»,
que sigas siendo tú al final del día y te sigan eligiendo por no haber dejado de serlo.
…voLver a casa…
y que tus certezas se vuelvan cada noche…de…
carne y besos
*La tumba de Nefertari.