El sonido de los siLencios…

y sus inconfundibles gritos del alma,

esa insoportable levedad del ser cuando dice más cuando calla… que cuando habla,

el descanso del guerrero de las palabras,

la melodía de lo que no se dice pero se piensa,

la décima sinfonía de Beethoven*,

ese carácter mudo de la ausencia de sonido,

el séptimo sentido de las letras dictadas,

un «shhhhh» elevado a la máxima potencia,

el «sinfín» de un fonema* con síndrome postvacacional,

el sonido de los siLencios…

cuando no se caLLan.

*Las Sinfonías de Beethoven.

El compositor alemán Ludwig van Beethoven compuso nueve sinfonías a lo largo de su trayectoria musical. Entre ellas destacan la Tercera Sinfonía , también llamada en castellano Heroica, en mi mayor, la Quinta Sinfonía, en do menor y la Noventa sinfonía, en re menor (cuyo cuarto movimiento está basado en la Oda a la Alegría, escrita por Frieddrich von Schiller en 1785) .

Compuso su Primera Sinfonía entre 1799 y 1800, cuando tenía 30 años de edad, y continuó componiendo sinfonías hasta su muerte.

Existe controversia sobre la existencia de una Décima sinfonía, en la que estaría trabajando Beethoven cuando falleció, y que nunca se llegó a poder escuchar.

*Fonema: nombre masculino. Unidad fonológica mínima que resulta de la abstracción o descripción teórica de los sonidos de la lengua.