Ser quién eres…

y que te gustes

-como mi hija cuando se levanta por la mañana, se mira en el espejo y se sonríe-

Ser quién eres…

y que seas lo que pareces.

Ser quién eres…

y que te guste contarte cuentos.

Ser quién eres…

y que tus emociones tengan coLores.

Ser quién eres…

y que disfrutes cada segundo de tu país de las maraviLLas.

Ser quién eres…

y que sepas voLar en sueños cuando tu día te ponga los pies en el suelo.

Ser quién eres…

y disfrazarte de mariposa, de jirafa o de campo de amapoLas.

Ser quién eres…

y que seas luz, a la que no le importa el día o la noche.

Ser quién eres…

y que seas contagioso en risas.

Ser quién eres…

y que la filosofía de vida la defiendas a capa sin espada.

Ser quién eres…

y que te lo pases bien siéndolo,

que tu velero bergantín vaya con viento en popa y a toda vela.

Ser quién eres…

y que tu niño interior estudie exteriorismo.

Ser quién eres… y que eso no sea una cuestión*.

Fotografía: Pinterest.

*“Ser o no seresa es la cuestión”, es la primera frase del discurso pronunciado por el príncipe Hamlet en la afamada obra de William Shakespeare, ‘Hamlet’. Todo un clásico de la literatura universal que plantea una profunda disyuntiva entre existir o no existir, vivir o morir, estar o no estar.

Mi querida ser minúscuLa…te dejo un legado de paLabras…

…en el que crezcas bonito, en el que encuentres tu sitio, (como yo lo hago en este rinconcito de entrelíneas que aprenderás a leer algún día).

Una herencia de letras en las que descubras el gran mundo de las iniciales, las comas, sus comillas, los puntos aparte, los seguidos y el punto final.

Una retahíla de a, e, i, o, u, que te lleven a la palabra que tú elijas decir en cada momento.

Un ton y un son de caricias susurradas entre frases cortas como un «Te quiero», un «Vuela alto», o un «cuenta conmigo» resonando en bucle.

Muchas notas de colores que te hagan cantar por Camarón, bailar al ritmo de música electrónica y reflexionar con Ismael Serrano las tardes de domingo.

Un ¡que sí!, ¡que no!, o que ¿tal vez? con todos sus signos de interrogación.

Palabras en las que te veas reflejada, palabras con las que no estés de acuerdo, palabras que te lleven de viaje a buscar un tesoro, palabras, palabras, palabras…

Una pizca de «no sé», un puñado de certezas, un billón ochocientos cincuenta gramos de preguntas, y un número incontable de frases que te digan a cada paso que des:

¡que eres una persona importante, que ha nacido para usar palabras bonitas, para respetar el universo, para disfrutar de él, para vivir la felicidad con el sustantivo «sonrisa»*!

pero sobre todo y ante todo… para que siempre tengas un cuento que llevarte a los ojos… en el que leer palabras que nunca se las lleve el viento,

y para que seas el ser humano feliz que ya que eres…

¡por siempre jamás!

*Sonrisa. Sustantivo femenino. Acción o efecto de sonreír, una contracción espontánea de la musculatura facial que expresa placer o ansiedad.

…como eL tembLar de un Latido…

…cuando aLgo te deja sin paLabras…

…pero te LLena de puLsos*.

fotos que dejan sin palabras2

*Pulsos: Serie de pulsaciones perceptibles en algunas partes del cuerpo, como el tórax o la muñeca, debidos al movimiento alternativo de contracción y dilatación del corazón y las arterias.

«¡Todo era amor…amor! No había más que amor. En todas partes se encontraba amor. No se podía hablar más que de amor. Amor pasado por agua, a la vainilla, amor al portador, amor a plazos. Amor analizable, analizado. Amor ultramarino. Amor ecuestre.(…) Amor con sus accesorios, con sus repuestos; con sus faltas de puntualidad, de ortografía; con sus interrupciones cardíacas y telefónicas. Amor incandescente y amor incauto. Amor indeformable. Amor desnudo. Amor-amor que es, simplemente, amor. Amor y amor… ¡y nada más que amor!» Olvierio Girondo.