…recétate un viaje…

uno de esos que te haga pensar con el corazón,
que te acompañe en el recuento de granitos de arena de playa,
un viaje que sea tirita cuando el mundo te derribe,
que canse tus cansancios de kilómetros cero,
un viaje en el que los atardeceres te pinten cuadros y las noches estrellas,
que tararee contigo tu canción favorita,
que asuste tus miedos a golpe de despegues de avión,
un viaje en el que te dejes el alma, el cuerpo, y hasta los recuerdos,
para  que cuando llegues al destino…
el resumen de la terapia sea…
«vida bien vivida»
regálate un viaje blanco y negro

¡Madrid!, necesito serte infiel…

¡Feliz verano a tod@s!

nos leemos a la vueLta.

P.D- Me iré parando en cada rinconcito de tierra, mar y aire, para almacenar eLes que contaros a mi vuelta.

“Yo ya no arreglo mis problemas. Arreglo mis pensamientos y los problemas se arreglan solos.”
 Louise Hay

…junios al soL…

de viajes,
de vestidos largos,
de más «achises» que bostezos…

Junio,
sus viernes,
la sonrisa pintada de risa,
abrazos de los de brazos abiertos,
lo posterior,
lo anterior,
piscina, playa, mar…

el pelo rizado
los reencuentros,
lo fugaz,

Junio,
días que saben a hoy, a «ahora»,

Junio…

las ganas, mis ganas…
el camino…

las aLas, el vuelo,

… la vida…

poniéndose de moda.

-rutina… nos vemos a la vueLta-

lau mirando al mar

Fotografía: Donde las eLes encuentran su nombre. Copyright ©. Callella de Palafrugell.

«Prefiero querer a poder, palpar a pisar, ganar a perder, besar a reñir, bailar a desfilar y disfrutar a medir. Prefiero volar a correr, hacer a pensar, amar a querer, tomar a pedir. Antes que nada soy partidario de vivir.»
Joan Manuel Serrat.

 

…cuando tú eres eL viaje…

y aprendes a mirar…

el destino deja de importar.

«no hay arena en tu maLeta, hay mar»

maleta llena de arena

 

CURSO ACELERADO PARA APRENDER A MIRAR
Miro dentro de ti y veo ciudades que se abren de piernas,
ciudades que esperan que la alegría las insemine
y haga nacer así una historia de amor
que comience bien, que siga bien y acabe bien.

 

Miro dentro de ti y sospecho con alegría
que contienes siete futuros diferentes
pero todos son conmigo.

Miro dentro de ti y surgen desde las entrañas
esas ganas intactas de decirte
que nos mudemos a vivir juntos
aunque ya vivas conmigo.
Qué cosa esta de pasarme la vida
deseando hacer, vivir y tener
las cosas que ya hago, vivo y tengo contigo.

Miro dentro de ti con los ojos de puntillas,
con el corazón saltando en el colchón,
miro con los 7 sentidos,
con las palmas de las manos,
sin bajar la bandera del taxímetro
porque no se puede mirar de otra manera
que inventando otra manera de mirarte.
Y mirarte así, por ejemplo, desde las canciones
que otros te hicieron cuando no te escribían a ti.
Eso es lo que yo sé hacer. Es lo que mejor hago.

Yo miro. Yo te miro. Yo siempre te miro
y no sé hacer otra jodida cosa que mirarte.
Llevo 3 años mirándote y ahora puedo decir
que todo lo que miré en mis vidas anteriores
fue para aprender hoy a mirar sin faltas de ortografía,
para aprender que solo salen bien unas historias.
Aquellas en las que se aprende a mirar de dos maneras:

a la vez
y en una misma dirección.

Marwan.

…perdone: ¿cómo se vueLve aL principio deL cuento?

– Por el camino de nubes de los «érase una vez».

-¿ y aLLí se vueLve a empezar?

-No, pero comenzarás el viaje con la moraLeja,
y puede que hasta fLorezcas por el camino.

 

girasol en la maleta

Fotografía: Joel Robinson.

“La alegría de ver y entender es el más perfecto don de la naturaleza.”

Albert Einstein

 

 

 

…eL primer gran viaje…

…casi siempre se hace en «Libro».

“… aL Lector se Le LLenaron de pronto Los ojos de Lágrimas,
y una voz cariñosa Le susurró aL oído:
-¿por qué LLoras, si todo
en ese Libro es de mentira?
Y éL respondió:
-Lo sé;
pero Lo que yo siento es de verdad”

querer viajar

Imagen: Pinterest.

«Hay caricias que duran incluso después del roce. Hay, a veces, personas a la que la distancia no puede separar. Y escalofríos provocados por el calor de un abrazo. Aún hay sonrisas de esas que parecen cualquier otro amanecer. Algunas noches tengo la sensación de que el camino corto también puede ser el correcto. Que, por una vez, la felicidad no depende de llegar a ningún sitio, sino de disfrutar del lugar en el que estamos. Solo hay que cerrar los ojos, cerrarlos con fuerza y acordarse de lo bonito. De la brevedad, del detalle, del momento. No se puede vivir como aquel que no recordó darse una oportunidad para ser feliz. Y agarrarse a la esperanza. Agarrarse con fuerza a las ilusiones. Y seguir. Seguir, parar, tomar aire. Respirar. Mojarnos bajo la lluvia. Y nunca, nunca, creer que las cosas que se derrumban no pueden levantarse de nuevo. Nunca creer que lo triste durará más que nuestras fuerzas. Quizá el problema sea que miramos el cielo por la noche y nos parece que ya no hay demasiadas estrellas. Que algo se apagó hace tiempo y que nada luce igual. Pero no lo olvidéis. No olvidéis hacer brillar vuestros ojos. Que nadie nos quite, nunca, el derecho de iluminar un poquito el mundo».

(Sergio Carrión)