…vuéLvete un Lugar mejor…

date una tregua,

supira un respiro,

guíñate un ojo,

déjate besar,

permítete ser Luciérnaga…

olvida el cero y empieza desde «todo»,

porque algún día…

…en ese Lugar mejor…

regalarás plumas a aquellos que no creyeron que…

¡voLarías!.

guiñar un ojo

 

«Pero me imagino un beso de esos en los que (por las ganas, por los nervios) todo se vuelve aparatoso (por las gafas, por los cuerpos) y al final nos da la risa (por tu culpa, por la mía) y más que besarnos la boca, nos besamos la vida.»

Distoppia.

…eL veintiuno de marzo y sus efectos coLaterales…

-primavera-
excesos de corazón,
estación en la que no se deshojan margaritas…se coleccionan,
donde el centro del huracán está los pistilos de cualquier amapoLa,
meses en los que vivir es obligatorio,
segundos de truenos,
minutos de juegos,
horas para amar sin distancia…,

días de gramíneas en bucle,

en los que el estado del tiempo…

declara a la poesía que intervenga.

«La amo cuando está demasiado
lejos o demasiado cerca;
las distancias a medias
solo sirven para amores a medias
y nosotros amamos al límite.
Aquí se juega a trueno
o se juega a nada».

Batania

DONDE ESTARÁN LAS AMAPOLAS

Fotografía: Donde las eLes encuentran su nombre.  Copyright ©.

…el bucLe de un «cada»…

…cada día al despertar…
…en cada momento de duda…
…por cada frase con un “no”… en el que quieras un “sí”
…cada paso que des…
…a cada beso que desees dar…
…por cada espejo en el que te mires…
Repite conmigo:
“Tu eres guapa, Tú eres lista, Tú eres importante!”
Espejito, espejito…
¿Hoy será un gran día?
ROTUNDAMENTE SIIIIIIIIIIIIII

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Fotografía: Donde las eLes encuentran su nombre.  Copyright ©.

 

…si pudiéramos coLorear Los juegos en estéreo…

…sonaríamos como un pinceL…

…pisaríamos con un timbre…

…oiríamos con Los ojos…

…y…

soñaríamos más despiertos.

 

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Fotografía: Donde las eLes encuentran su nombre.

«En la pared de una fonda de Madrid, hay un cartel que dice: Prohibido el cante.

En la del aeropuerto de Río de Janeiro, hay un cartel que dice: Prohibido jugar con los carritos porta-valijas.

O sea; todavía hay gente que canta, todavía hay gente que juega.»

Eduardo Galeano.