que malentendió el amor,
que le dejó usar armas… en el único sitio donde siempre debió haber paz y no guerra,
la flor que se escapó de su maceta con la ilusión prendida en su espina,
que se ató a otro corazón queriendo mucho y que cada vez se quiso menos,
esa historia romántica que sólo fue cuando no era,
la mentira que se convirtió en verdad de tanto repetirla,
el lazo cuando en lugar de adornar aprieta,
la herida abierta hecha rutina,
esa sístole y diástole pidiendo tregua,
el amor cuando no es amor.
y ese fin del cuento…
cuando es necesario,
y se desata mandando a la culpa a paseo,
para que nunca encuentre…
el camino de regreso.