que la del charco y el coLumpio,
no hay paisaje más bonito…
que el que se lleva dentro,
no hay mentira más cruel…
que aquella que se quiere gritar,
no hay lágrima mas curativa…
que la que nos salva de ahogarnos por dentro,
no hay forma más vacía de comunicarse…
que aquella que no tiene nada que decirse,
no hay «demasiado tarde»…
si se intenta una vez más,
no hay ser humano perfecto…
que no tenga imperfecciones,
no hay cuerpo desnudo en verano…
que no tenga vistas al mar,
no hay memoria más verdadera…
que la que se tiene en el corazón,
no hay palabras más bonitas…
que las que dibujan sonrisas con forma de letras.

“Tú que escuchabas colores donde el silencio era gris, tú que veías sonidos cuando todos éramos sordos y mudos”. Perseo.