no pierdas el tiempo, escóndelo,
ríete hasta desbordarte,
arrebata tus pasos,
olvídate de los frenos,
que la emoción no te invada, ¡que te conquiste!,
porque cuando se trata de «jugar a vida»…
no hay lugar para zapatos.
-Y tú… ¿ qué vas a tomar?
-Un respiro, gracias.