…¡Date un abrazo!…

de los de encuentros en la tercera fase,

así sin pedir permiso,

con alevosía y premeditación,

sin mascarillas que valgan,

con el virus del «yo si puedo» inoculado en todo tu ser,

sin preguntarte un ¿por qué si? ni un ¿por qué no?,

con un diente de león susurrándote al oído,

sin que la libertad la defina un estado de alarma,

con un «sin» con un «con»,

sin el libre albedrío pisándote los talones,

con el sol atardeciendo en tu retina,

sin miedo a tener miedo,

en la salud y en la enfermedad y cuando reniegues de la vida…

…¡Date un abrazo!…

-de esos de oso-

y dos, y tres…

hasta el infinito…

y más aLLá.

diente de león y sol

Querida marmota…

tengo un día para tí,

veinticuatro horas exactas a las de ayer,

miL cuatrocientos cuarenta minutos en los que repetir rutinas,

ochenta y seis mil cuatrocientos segundos en los que vivir exactamente lo mismo, pero sin que nosotros seamos iguales,

8,64e+7 milisegundos de soledades llenas de expectativas,

8,64e+10 microsegundos en los que la vida deja de ser multitud,

un puñado de «ahoras» encadenados que saben a la misma casa,

la ausencia de un despertador,

el ordenador como oficina,

los buenos días con el mismo pie,

Querida marmota…

tengo un regalo para ti,

un mapa del tesoro hacia lo distinto,

lo único que hará que tu día exacto al de ayer sea sublime,

la piedra roseta de cualquier encierro,

un milagro para hacer de lo igual, diferente,

Querida marmota…

te regalo «actitud»,

de la que te aporta experiencia,

de la positiva,

de la que no se rinde,

de la que convierte un salón en una playa,

un sofá en una hamaca,

un teléfono en caracola,

la imaginación en carcajada,

y un libro abierto en un viaje.

Querida marmota…

¡shhhhhhhhhh!

Guárdame el secreto…

-riéndoLo a voces-

querida marmota

https://www.youtube.com/watch?v=mXj_Tpunct0

Luces en los charcos…

que nos iluminan en la oscuridad,

que nos recuerdan que hoy es el último día que sucederá ahora,

esas maravillas tintineantes que descongelan de la cuarentena, corazones atados a la pata de la cama…

agazapados en las sombras, sumidos en un bucLe que parece no tener fin,

esos destellos que entre lección y lección, consiguen que la vida te de un recreo,

y que cuando tus interruptores que encienden las luces del alma parecen no funcionar….

hacen que luzcas contra todo pronóstico en los ojos de quién te mira.

Luces en los charcos…

ese infinito mundo de reflejos con los que no contabas y que sirven de camino de baldosas amarillas hacia un mundo más amable, más abrazable,

un mundo en el que las letras de tu nombre…

encuentren su sitio.

luces en los charcos

De los intentos cuando hacen equiLibrios…

de las cosas cuando no salen a la primera, ni a la segunda, ni cuando crees que no puedes más,

de los «vuelve a intentarlo» cuando te los dices a ti mismo,

de ese momento en el que te quieres rendir… y te enfadas contigo,

de la convincente voz de nuestro «yo demonio» cuando nos asegura que «no vamos a poder»… y aún así lo llevamos la contraria,

del sueño que ayer diste por perdido y que hoy se volverá a meter en tu cama,

de ese resoplido cuando se convierte en resumen emocional… y vas tú y le cambias el argumento,

de quién te quiere cuando hace que no dudes y envuelve tus erratas en papel de regalo,

de cuando cometes un acierto y por fin no enmascaras lo que sientes,

de ese urgente sorbo de realidad que te repite que no puedes volar y de esa imaginación desbordada que le replica que quizá sólo sea una cuestión de saber inventarse unas aLas y cerrar los ojos.

De todos nosotros a los treinta y dos días sin salir de casa…

de tú contigo mismo…

parpadeando intentos con Luces de neón.

¡Ánimo!

¡KEEP TRYING!

sigue intentándolo

 

Cuestión de respiros…

de contar hasta diez,  hasta once y hasta donde nos lleguen los números,

cuestión de aprender que quizá no era la prisa la dueña de nuestras vidas y sólo la poníamos de excusa para no pensar en lo que debíamos pensar.

Cuestión de tiempo, y de tiempos…

en los que darnos cuenta que necesitamos más de lo necesario a personas y a cosas sólo para distraer a la vida de lo verdaderamente importante.

Cuestión de segundos consecutivos en los que coger el toro por los cuernos, en los que no mentir-nos, en los que hablar con el ser humano que tenemos dentro,

minutos en los que no vendernos la moto con conversaciones banales en nuestra realidad virtual, en nuestras redes sociales, en nuestro universo paralelo, que nos aplauden el ego pero que nos vacían el corazón.

Cuestión de rutina… y de respirarla de una vez por todas, de mirarla cara a cara,

de esa rutina que no valoramos y que es nuestro verdadero país de las maraviLLas,

la luz de la sombra,

nuestro bien más preciado,

nuestra belleza del ser…

nuestro hábito del estar…

la descomunaL heroicidad

del quedarse.

chica en pared

 

 

 

Querido universo…

estoy enfadada contigo,

¡muy enfadada sí!

por todo lo que está pasando, por no ser capaz de gestionar el desgaste emocional que está generando tanto virus que le quita la corona a cualquier rey, y que vuelve más indefensos a nuestros ancianos…

enfadada contigo…

por privarme de los abrazos de los que amo,

de las carcajadas en directo,

por aislarme en una burbuja de quereres que tengo que dejar a metro y medio.

Querido Universo…

estoy enfadada contigo…

pero a la vez te entiendo,

te entiendo tanto… que he empezado a pensar que no sé en qué momento dejamos de sonreírte, y de devolverte cada maravilla que nos regalas,

comienzo a entender que sólo necesitas un único gesto de estos seres humanos que te habitamos,

ese que nos pides con cada lluvia, con cada amanecer, con cada arcoíris que dibujas en el cielo,

ese que nos suplicas cada vez que nos envías margaritas en primavera,

ese que te empeñas en adornar con olas de espuma en las playas y con estrellas de mar de colores,

ese que no dejamos de ensuciar, de pisotear, de boicotear con plásticos, de matar con humos.

Querido universo…

¡hagamos una tregua!

aplaudiremos tus encantos con solidaridad en cada balcón,

reciclaremos más,

comeremos mejor, nos abrazaremos mejor, querremos mejor,

equilibraremos nuestros desequilibrios…

pero sobretodo querido universo…

te cuidaremos mejor.

¿trato hecho?

Mariquita cuarentena

Fotografía: Donde las eLes encuentran su nombre.  Copyright ©.
-Dime algo tan bonito por lo que merezca la pena no poder hablar.
-Un ataque de risa.

Gracias se escribe en mayúscuLas…

en mayúsculas y en negrita,
dando latido y voz a cada punto suspensivo,
a cada intento del ser humano por animar al que no puede,  al que parece haberse rendido,
sin que le falte un sonido a la sensación de agradecimiento por tanto apoyo y tantos mimos sostenidos.
Gracias a todos los que están, a todos los que deciden que se quedan, aunque el plan no sea una fiesta, aunque quizá esta vez sólo toque escuchar pesadillas…
Gracias a todos y cada uno de los que prefieren el amor a cualquier forma de guerra,
a los que ayudan a ayudar,
a los que suman en las restas,
a los que te repiten una y otra vez, que «todo va a salir bien»,
a los que son verdad verdadera en los mundos que juegan a ser mentira.
Gracias se escribe en mayúsculas…
y en inglés y en japonés, y en chino mandarín,
y en cualquier idioma del planeta que entienda que «estar al lado» de alguien que lo necesita en estos momentos,
es la forma más maravillosa de gritar un te quiero al universo…

y te vuelva con eco.

Ardilla thank you

Como en una burbuja…

aislando cada latido del corazón para que encuentre el camino del eco,

queriendo de lejos con la intensidad de cuando se está cerca,

con la fuerza de un abrazo de alma y con la sensatez de un beso de un loco.

…como en una burbuja…

jugando a encender palabras para que el amor ande en la luz y no en la sombra,

sin dobles fondos, sin querer aparentar, sin disfraces, sin redes sociales en las que hablar con desconocidos, sólo para disimular nuestros miedos,

apagando la soledad únicamente a golpe de seres humanos que nos reconforten,

siendo honestos de una vez por todas con la parte de vida que nos toca,

porque nos estamos dando cuenta que en esta cuarentena… el verbo querer si ocupa lugar y que es importante conjugarlo bien.

…como en una burbuja…

encontrando letras para endulzar este cuento que ahora parece una pesadiLLa,

dando un segundo más al minuto, un minuto más a la hora, y una hora más al día para encontrar la manera de querernos más, de querernos mejor,

una manera en la que encontrar la carcajada, el aplauso y el orgullo de ser, estar y permanecer contra virus y coronas,

susurrando al oído de quienes amamos, risas…

para que así por fin…

florezca la primavera.

como en una burbuja

 

-¿Él la quiere bonito?

-Él la quiere bien, cuida su paz mental.

 

 

La ingeniería de la esperanza…

del querer, no poder y aún así seguir queriendo hasta que se pueda,
de la confianza infinita en la bondad del ser humano,
de cuando te brillan los ojos a pesar de estar a oscuras, porque tienes la certeza que algún día, en algún momento, en el último segundo, se hará la Luz.
La ingeniería de la esperanza…
esa que comprende que hay que tener paciencia,
que nos volveremos a abrazar con el tacto delicado que da el querer con el alma,
que sólo hace falta tiempo para encontrar la vacuna,
esa que deshaga el nudo de este virus con corona,
que convierta cualquier cuarentena en un entrenamiento de besos,
que nos arme de más de paciencia, fortaleza y equilibrio emocional, que de provisiones,
y
que consiga que el deporte extremo que realicemos en estos días,

sea quedarse en casa,

sea creer,

porque en esta ocasión muchas soledades juntas coordinadas…
vamos a conseguir fabricar…

el mayor acueducto de soLidaridad

diseñado por el ser humano.

hope

“—¿Nunca has parado el mundo?
—¿Qué es parar el mundo?
—Parar el mundo es decidir conscientemente que vas a salir de él para mejorarte y mejorarlo. Para poder moverte y moverlo mejor.
En ese tiempo debes intentar que nadie ni nada te cree problemas.
Alimentarte de buena literatura, de buen cine y, sobre todo, de la conversación de una única persona que te inspire en este mundo. ¿Y sabes qué…?
—¿Qué? —dije emocionado y fascinado.
—Luego el mundo te premia. El universo conspira a favor de los que lo mueven. Y ésos son los que lo paran.”

Albert Espinosa. Si tú me dices ven lo dejo todo…pero dime ven.