¿Puedes?

-¡Quiero!.

Como única manera de querer poder,

de desenseñar a lo que es imposible,

de gritar a saltos que vives tu sueño,

de normalizar que no existen las deshoras para decir «te quiero»,

de que cuando alguien te pierda, vuelvas a ti con más ganas,

de que te vuelvas adicto a escuchar a las personas que amas hablando de lo que les apasiona,

de que la respuesta a un ¿por qué no? sea un porque sí,

de que la cosa más bonita que te puedan regalar sea la confianza -y que la cuides-,

de que confinen las «soledades» y aumenten las cifras de «contigos»,

de que tengamos amor de sobra, y no sobras de amor,

de que sea,

de que se cumpLa,

de que te haga bien.

…¡Date un abrazo!…

de los de encuentros en la tercera fase,

así sin pedir permiso,

con alevosía y premeditación,

sin mascarillas que valgan,

con el virus del «yo si puedo» inoculado en todo tu ser,

sin preguntarte un ¿por qué si? ni un ¿por qué no?,

con un diente de león susurrándote al oído,

sin que la libertad la defina un estado de alarma,

con un «sin» con un «con»,

sin el libre albedrío pisándote los talones,

con el sol atardeciendo en tu retina,

sin miedo a tener miedo,

en la salud y en la enfermedad y cuando reniegues de la vida…

…¡Date un abrazo!…

-de esos de oso-

y dos, y tres…

hasta el infinito…

y más aLLá.

diente de león y sol