aumentan de estatura al más bajito,
consiguen elevar los latidos cardíacos y aumentan la paz interior,
retienen polvo de hadas en cada uno de sus intentos,
se instalan en el «ahora» y no en el ¿cómo?, el ¿cuándo? o el ¿dónde?,
saben a helado de chocolate y a regaliz rojo,
se acomodan siempre entre palabras maraviLLosas,
inhalan sueños y exhalan acciones,
curan los «echos de menos», los «te extraño» y los «me haces falta»…
así que utilicemos nuestros «Yas» de viernes y pongámonos a ello,
¡recetémonos un beso de esos!
¡de los besos de puntillas!
porque a pesar de tener muchas horas de suelo…
saben voLar.
«A veces las palabras no bastan.
Y entonces sirven los colores.
Y las formas.
Y las notas.
Y las emociones.»Alessandro Baricco