¿Te ayudo?

…se conjuga en quereres,

…se proyecta en actos que cuidan el aLma,

…se amolda a bizcochos que dicen gracias,

…dice sí a golpe de abrazos,

…demuestra quién está y se queda y quién se quedó donde ya no hace falta.

¿Te ayudo?…

no encuentra mentiras en su diccionario,

no lo deja para luego,

no se busca, se encuentra,

no entiende de pereza, entiende de empatía.

¿Te ayudo?

más que pregunta es respuesta,

más que menos es más,

más que dos signos de interrogación… son dos corazones para regalar.

-¿Te ayudo?

Ya lo has hecho con la pregunta.

“Uno acaba convirtiéndose en aquello que ve en los ojos de quienes desea”. El juego del Ángel.

Un infinito y un más aLLá…

para regalarte cada mañana…

para que un beso tuyo sea lo más parecido a llegar a casa,

para que con la compañía adecuada, la vida no asuste tanto,

para encontrar la luna dentro de la habitación al irse a dormir,

para que un «Te quiero» se escriba con palabras mayores, pero no supere al sentimiento,

para que «ahora», sea el único regalo que importe,

para que los amaneceres se sienten a ver como sale tu sonrisa,

para que «sin venir a cuento» se convierta en la mejor historia,

para que las palabras cosan heridas,

para parar el mundo…

contigo dentro.

La debiLidad…

ese lugar donde se mira y no se quiere ver,

el segundo plano de la energía,

la frontera entre lo que parece y lo que es,

ese estado en el que la fragilidad está expuesta a la máxima potencia,

una fantástica declaración de «así también soy yo»,

la multitud llena de soledad,

tu fortaleza sin defensas,

esa lágrima acompasada por la fragilidad,

un par de versos que no se atreven a convertirse en poema,

¡tu tú más tú!

contigo dentro

dejándose abrazar.

¿Y que me dices de su forma de amar?

Ella amaba como colorean los niños, sin tener en cuenta los límites.

La maraviLLosa distancia de los centímetros…

esa que estás deseando que suceda cuando te vuelves a ver,

cuando llega el momento de quererse a rabiar…y vas y puedes pero no debes,

la que no espera a los metros,

el milímetro milimétrico que se mide en abrazos,

ese que llevamos meses esperando y nos deja sin palabras,

lo que era antes normal y ahora nos soprende,

el instante en el que decides, y que conviertes «un sí o un no» en algo que te puede cambiar la vida,

cuando la palabra «juntos» se vuelve casa,

esos centímetros… que en nuestro «hoy» nos cuesta tanto gestionar,

los que deseas con todas tus fuerzas y a los que a su vez sabes que no puedes sucumbir…para proteger a los que más quieres…

la distancia del amor…

cuando querer mucho a alguien es sinómimo de seguir multiplicando centímetros,

esos dos segundos de sus risas a dos metros y que son suficientes para que te sientas de nuevo vaLiente,

esos maraviLLosos centímetros de distancia…

con los que tendremos que seguir soñando para que se conviertan en reaLidad.

Puntuación: 5 de 5.

…deL verbo «compartir»…

abrazos con Latidos,
estrellas fugaces con deseos,
pestañas perdidas que suspiran por darse la mano en sus vuelos a ninguna parte.
dientes de león agarrándose al viento para arremolinarse en la misma nube,
flores empeñándose en compartir adoquines…. para vivir contra todo pronóstico,
sonrisas que comparten lágrimas…  con el fin de acabar….
muriéndose de la risa.

compartir flores

Fotografía: Donde las eLes encuentran su nombre.  Agosto de 2019. Juntos. Albufeira. Portugal.  Copyright ©.

¡¡Sonríe!!
“A alguien le vas a encantar
así de loca,
así de rota,
así de sencilla,
así de compleja,
así de berrinches y …
así de despeinada.”
Rita Alcaraz

…me quedo con las personas que te llevan a casa en una caLabaza…

que empiezan la historia por el final del cuento,

que no eligen quedarse, que eligen no irse,

que caben en todo lo que te falta por hacer,

que hacen que las cosas pasen,

que te construyen un hogar cada vez que te abrazan.

me subo a una calabaza

Fotografía: Joel Robinson.

 

«Yo buscaba un lugar para perderme…Y ella se ofreció de laberinto.»