y se puede creer ciegamente en lo que se ve y no en lo que se oye…
el mundo se convierte en un lugar maravilloso en el que habitar,
un sitio de fuegos artificiales con mímica aplicada a los «quereres» que sí pueden ser,
donde las personas que importan te abrigan cuando afuera es realidad,
donde para esa boca, cualquier palabra es beso,
donde la política se defiende a capa y sin espada,
donde el amor es un escondite a todas luces,
donde se vuelve a ser niño, y cuando se te cierra una puerta, dibujas otra,
…ese lugar…
en el que sacar la lengua
y
esbozar una sonrisa…
se convierten en los mejores representantes de un aLma.

¿A dónde te apetece ir?
Y entonces ella le dió la mano…
-y eso significaba «contigo»-