volveremos a encender la luz de las calles,
volveremos a ver cómo se pintan arcoíris en el cielo mientras viajamos,
volveremos a revivir a golpe de abrazos,
volveremos a dar la mano en lugar de señalar,
volveremos a jugar a piedra, papel o tijera a centímetros de distancia,
volveremos a ser vulnerables a los besos de cerca,
volveremos a creer que todo es posible,
volveremos a vivir en modo fácil, así como quién sale a dar un paseo por la calle y es feliz,
volveremos a comer en una mesa larga y con muchas sillas llenas,
volveremos a no oírnos por las risas,
volveremos a hacer todo lo simple, todas las cosas pequeñas que no valorábamos y las convertiremos de nuevo en lo que nunca debieron dejar de ser… cosas gigantes,
porque querido universo…
ya te hemos entendido.