Aspirando cada una de las letras de ese verbo…
estremeciéndote en lo que te susurran los paréntesis,
bajando el volumen de lo que escuchas y subiendo el volumen de lo que sientes.
¡Ama su caos!
Sus maravillosas rarezas,
su increíble manera de mirar el universo,
su forma de ser,
sus tomas y dacas,
porque ahí está la clave del misterio.
¡Ama sus guerras!
sus vaivenes, sus mareos, su ejército de sístoles y diástoles,
porque cuando amas bien,
siempre declaras la paz.
¡Ama a quién le suene el corazón a cosas bonitas!
a quien le des la mano y quieras correr a su lado,
en cualquiera de sus ritmos,
No te quedes con las ganas de querer,
de volverte loc@,
de adorar cada uno de sus gestos,
de rendirles pleitesía,
de perderte entre sus latidos y bailar a su son,
-no hay nada más fascinante que sentirse a la vez, a una, como Fuenteovejuna*-.
¡Ama sus iLusiones!
porque estás dentro de eLLas,
porque lo mejor que puede hacer el amor por tí… ¡es que te inspire!,
que te arroje en los brazos de infinitos mundos extraordinarios,
a los que quieras viajar,
en los que desees sonreír,
en los que seas tú sin condiciones,
sin sentirte en deuda.
¡Ama sus errores!
Acaricia cada vértice, cada arista,
cada vulnerabilidad…
porque eso hará que te enamores locamente de sus aciertos.
¡Ama!
Consciente,
ahora,
ya,
más,
siendo tú,
sin cambiarte una sola coma, una sola tilde, un sólo guión,
un sólo punto y seguido.
Ama.Ama.Ama. Ama. Ama. Ama. Ama. Ama. Ama. Ama. Ama. Ama. Ama. Ama. Ama.
-¿Y lo amas?
-Le enseñaría a volar aún sabiendo que puede irse y no volver.
*
Obra teatral del Siglo de Oro español del dramaturgo Lope de Vega.