…eL aLeteo de una mariposa…

provoca al verbo «provocar»,

empieza a dejar de ser lo que es … para ser lo que será,

sopla a un suspiro palabras que aún no entiende…

para transformarlas en frases… que instantes después,

horas despúes,

días después,

años después…

encontrarán la manera de ser poesía.

Crea corrientes de aire en Madrid mientras desata un huracán en Tokio,

deja de ser blanco y negro para ser coLoreabLe,

enciende llamas y apaga fuegos,

es un amor de «esos de a veces»…

que decide que prefiere ser de «esos de siempre»,

es todo aquello que es ahora, para que sea aquello otro que será luego,

es la valentía suficiente… cogiendo las riendas de su fragilidad…

y transformándola…

en

¡vueLo Libre!

mano con mariposa

«Tu beso se hizo calor,
luego el calor, movimiento,
luego gota de sudor
que se hizo vapor, luego viento
que en un rincón de La Rioja
movió el aspa de un molino
mientras se pisaba el vino
que bebió tu boca roja.
Tu boca roja en la mía,
la copa que gira en mi mano,
y mientras el vino caía
supe que de algún lejano
rincón de otra galaxia,
el amor que me darías,
transformado, volvería
un día a darte las gracias.
Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.
El vino que pagué yo,
con aquel euro italiano
que había estado en un vagón
antes de estar en mi mano,
y antes de eso en Torino,
y antes de Torino, en Prato,
donde hicieron mi zapato
sobre el que caería el vino.
Zapato que en unas horas
buscaré bajo tu cama
con las luces de la aurora,
junto a tus sandalias planas
que compraste aquella vez
en Salvador de Bahía,
donde a otro diste el amor
que hoy yo te devolvería…»
Jorge Drexler.