en el sitio donde te mires a un espejo y te reconozcas,
cerca de los seres humanos con los que no pares de sonreír,
en el lugar donde quieras estar, no en el que debas estar,
sin esperas, sin pausas,
con el alma y el cuerpo recomponiendo juntos la 5ta Sinfonía de Beethoven,
con tu oído haciendo cosquillas al tacto,
con tus pies tarareando canciones mientras te bebes el primer café,
con tu olfato yéndose de viaje con cualquier palmera de chocolate y regresando de la mano con ella a casa,
con lo que quieras… pero queriendo,
donde no te digan nada… y lo entiendas todo,
con tus equilibrios….
haciendo el equiLibrio.
-Estoy en mi mejor momento, dijo ella.
-¡Manda ubicación! pidió él.